Que much@s de vosotr@s habréis visto ya la película Avatar, es algo evidente. Yo, a pesar de que ya hace un tiempo que está en el mercado, la vi por primera vez hace poco tiempo, tan solo unos meses. Y digo la primera vez, porque ya van unas cuantas... y las veces que la veré de nuevo. Porque para mí, esta película es como ese pequeño libro que siempre llevas en el bolsillo de tu conciencia... o deberías.
No es necesario ser crític@ cinematográfic@ para darse cuenta de que ésta, a pesar de muchas de sus escenas no es una película bélica, tampoco es un documental ni una comedia. Es una película conservacionista, es una película de amor, de amor a la naturaleza que enaltece el respeto al medio ambiente y lo que también es importante a la propia especie.
Perviven en la actualidad muchos pueblos indígenas, que aun piden perdón a la Madre Tierra, como ocurre en la película, por matar animales PARA ALIMENTARSE Y SOBREVIVIR, (no la barbarie que el Hombre lleva a cabo hoy en día, véase cazar por capricho, matar por matar) y le agradecen que les proporcione el sustento para vivir. Son pueblos sencillos que viven con lo justo, que no necesitan la televisión, ni el video en versión 5.1, ni cómodos sofás; son pueblos cuya esperanza de vida es menor a la nuestra en la que un adulto ya es viejo a los 40 años.
En Avatar el TODO es lo que te sustenta, el TODO es el lugar en el que pervives y ese TODO es respetado e incluso venerado, el TODO es Eywa. Los na'vis están en comunión con el medio del que forman parte, reconocen la energía vital del mismo, su conexión y su grandeza. Los na'vis son conscientes de la sabiduría heredada como especie de sus antepasados, de sus ancestros, los na'vis reconocen y son conscientes de la energía del TODO, de su propia energía en conexión; los na'vis se reconocen como una parte más de la naturaleza que les acoje y les permite vivir, amar y luchar, incluso devolviendo a la naturaleza al morir el cuerpo que ella, Eywa, les prestó.
Podría parecer que entrar en el mundo de Avatar es entrar en un mundo de fantasía; sin embargo entrar en ese mundo es entrar en la realidad, en una realidad que el Ser Humano ha desdeñado alejandose de sus propios orígenes y de su esencia, olvidando que, como en la película, es una parte más de la naturaleza en conexión energética y física con ella, dedicándose a construir un mundo prefabricado y artificial, un mundo genocida, exterminador, devastador, decrépito y decadente, como en estos tiempor podemos ver.
El protagonista de la película ya lo dice en ella, cuando pide ayuda conectando con el árbol de las almas, una conexión que trasladada a nuestro mundo que se acaba poco a poco, simplemente necesitaría ser de conciencia y espíritu, y consecuentemente de actos, no nos hace falta su cola para conectar con la energía de nuestro TODO; ya lo dice el protagonista de la película, más o menos así, al pedir ayuda:
"han terminado con su mundo y ahora quieren hacer lo mismo con el vuestro."
Perdidos ya en general los valores humanos, los valores que incluso debe de conservar el animal humano y situados en el buen camino para destrozar las economías mundiales y el espacio vital debido a la superpoblación que no cesa, también nos empeñamos en perder nuestro medio, también nos empeñamos en hacer de este planeta un mundo inhabitable. Ya se está comentando en los círculos científicos: "El Hombre terminará viviendo en Marte."
Les parezca a un@s que entrar en el mundo de Avatar es una fantasía o a otr@s que es una realidad sepultada por propio el Ser Humano, lo cierto es que si el, en su mayoría, decadente Homo Sapiens actual sintiera y entendiera el mundo y viviera sus sensaciones de existencia CON EL ESPÍRITU DE AVATAR, a nuestro medio ambiente actual le irían bastante mejor las cosas y consecuentemente a nuestra especie.
Essis, el guerrero de Gaia.
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