Para comenzar a hablar en esta bitácora sobre Gaia, la diosa de la naturaleza, la cual es parte protagonista de su mismo título, es imprescindible incidir en la premisa de que Essis, el guerrero de Gaia, nada tiene que ver ni con lo religioso, ni con ningún tipo de culto, sino con el conservacionismo mediombiental, los aspectos antropológicos, ancestrales y con la filosofía de la vuelta del Hombre a su medio y algunos temas relacionados con la energía en su ir y venir y relacionados así mismo, valga la redundancia, con la propia naturaleza, de su transformación ya que como muy bien sabemos la energía ni se crea ni se destruye, si no que se transfoma en múltiples formas. Pero hablar de esto tendrá lugar más adelante.
Entonces... ¿si esta bitácora no tiene nada que ver con lo religioso, por qué menciona en su mismo título el nombre de una diosa? ¿Es acaso una contradicción o un contrasentido? Sabemos que desde tiempos inmemoriales, el Hombre ha necesitado crear sus deidades tanto protectoras ante aquello sobre lo que no tenía el control o desconocía y por tanto temía, como relacionadas con atributos humanos, elementos de la naturaleza, etc; ese miedo que le ayudó de un modo definitivo a erigirse como la especie dominante. Y no solo necesitó crearse esas deidades protectoras si no que le fue necesario darles una imagen identificativa, que era acorde con la proteción o beneficios que ofrecían. Algunos ejemplos son:
Chalchitlicue, diosa azteca guardiana de las aguas |
Amon Ra, dios egipcio del sol |
Afrodita, diosa griega de la belleza |
Sin embargo, aunque Gaia es el nombre que se la da a la diosa de la naturaleza y por tanto representa una deidad, para mí, Essis, es simplemente una referencia, un modo de materializar y personificar a la Madre Tierra en toda su amplitud, en un icono de referencia. ¿Quizá esta bitácora debería de llamarse Essis, el guerrero de Madre Tierra? Quizá... lo meditaré.
LA MITOLÓGICA DIOSA GAIA
En cuanto a la historia mitológica que envuelve a Gaia, hay que mencionar la obra "Teogonia" de Hesíodo, en la que cuenta como tras el caos -aquello que existe antes que el resto de los dioses
y fuerzas elementales, es decir, el estado primigenio del cosmos infinito-, surgió Gea o Gaia (la de amplio pecho). De su propio ser sin mediar el grato comercio trajo a Urano, el cielo estrellado, su igual para cubrirla a ella y a las colinas y tambien trajo a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Tras esto cuenta Hesíodo que:
y fuerzas elementales, es decir, el estado primigenio del cosmos infinito-, surgió Gea o Gaia (la de amplio pecho). De su propio ser sin mediar el grato comercio trajo a Urano, el cielo estrellado, su igual para cubrirla a ella y a las colinas y tambien trajo a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Tras esto cuenta Hesíodo que:
"...acostada con Urano alumbró a Océano, de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de aurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más jóven, Crono, de mente retorcida, el más terrible de los hijos que se llenó de un intenso odio hacia su padre."
Hesíodo menciona que Gaia concibió más descendencia con Urano. Primero los Cíclopes, los gigantes de un solo ojo y constructores de murallas a los que posteriormente se les diero nombres: Brontes (el que truena), Estéropes (el que da el rayo) y Arges (el que brilla). Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la ierra y el Cielo: los hecatónquiros Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas.
Urano escondió a cíclopes y hecatónquiros en el tártaro -el vientre de Gaia-, para que no vieran la luz regocijándose de su maldad. Esto provocaba dolor a Gaia por lo que creó un pedernal gris y de éste fabricó una gran hoz, reunió a los titanes y les pidio obediencia. Solo Crono, el menor, se atrevió a tomar la hoz y castró a su padre cuando éste se acercó a Gaia para yacer con ella. De las gotas de sangre y semen Gaia concibió aun a más hijos: las fuertes Erinias -personificaciones femeninas de la venganza, que prseguían a los culpables de ciertos crímenes-, los Gigantes, -personajes caracterizados por su estatura y fuerza excepcionales que tenían serpientes en lugar de piernas-, con armadura y las Melias que eran ninfas de los fresnos.
Crono arrojó al mar los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Tras la castración de Urano Gaia pario a Equidna y Tifón.
Se cree por algunas fuentes que Gaia fue la deidad original tras el Oráculo de Delfos, -un gran recinto sagrado dedicado princpalmente al dios Apolo, que tenía en el centro su gran templo y al que acudían los griegos para preguntar a los dioses sobre cuestiones inquietantes-. Traspasó sus poderes a, dependiendo de la versión, Poseidón, Apolo o Temis.
Los juramentos prestados en nombre de Gaia, en la Antigua Grecia, se consideraban entre los más sagrados.
GAIA DESDE GRECIA A LA ACTUALIDAD
Después de una etapa en la que en el mismo seno de la mitología griega, las deidades femeninas fueron perdiendo protagonismo para pasar a representar un papel secundario, la aparición de la religión patriarcal occidental por excelencia, el cristianismo, dejó sin espacio a los cultos paganos y menos aun a la diosa Gaia ya que para colmo, la gran figura del cristianismo la virgen María, nada tenía que ver con el culto a la Madre Tierra y así, Gaia entró en el ostracismo mas crudo y severo.
La hipótesis de Gaia
Sin embargo siglos más tarde, concretamente en la década de 1970, la ciencia parece resucitar a Gaia con el estudio que lleva su nombre, La hipótesis de Gaia. Se trata de un conjunto de modelos científicos de la biosfera, en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra, se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autoregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema autorregulador, que tiende al equilibrio. La teoría fue ideada por el químico James Lovelock en 1969, aunque publicada diez años más tarde, en 1979, siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis. Lovelock le comentó este estudio al escritor William Golding el cual le sugirió que denominase a su teoría con el nombre de Gaia, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gaya o Gea).
El nuevo culto a Gaia
Llegó la década de los ochenta y con ella la explosión del movimiento New Age. Como ha sucedido en otras ocasiones el debate científico trascendió, se malentendió y hubo quienes extrajeron un sentido religioso de este estudio materializado en el culto a Gaia; así, Gaia se convirtió en la más importante de las diosas neopaganas adoradas en el entorno del New Age.
Este movimiento deseaba regresar a los orígenes culturales de la humanidad y al final del camino se encontraba el culto a la Tierra, llámese la Gaia de la cultura griega o la Pachamama de las antiguas culturas andinas.
Essis, el guerrero de Gaia.
Fuentes consultadas: Wikipedia, El ojo de la eternidad.
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