Un día Essis conoció lo que era un zorro... y vio que no llevaba camiseta; otro día se encontro con una bella flor que manaba deliciosos efluvios... y vió que iba desnuda, en lo más álgido de su belleza fuera cual fuese su forma y colores.
Essis, el guerrero desnudo, reivindica la naturaleza desde su propia naturaleza. Permanece desnudo en el bosque porque pertenece como los árboles, como los ríos y como las aves, a la naturaleza, al medio ambiente que le vió nacer.
Essis se une a la Madre Tierra tal cual es, dejando a un lado los prejuicios sociales y los tabúes. Se integra en el bosque, en la tierra, con la lluvia, con su propio Ser y su propia naturaleza. Lucha desde su propio ser tal y como es.
La desnudez de Essis no es tan solo una unión con su medio, es un modo de entenderlo y un modo de sentir la vida, desde su interior más profundo.
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